sábado, 26 de enero de 2019

  Hermosas cabañas en el bosque | House in the woods, Forest house, Cabins in  the woods



                  ¿Recuerdas ese ladrillo flojo al lado de la chimenea del jardín, donde escondías tus papelitos?  ¿O esa bolsita donde colocabas cositas especiales que guardabas secretamente debajo del colchón? ¿O ese locker que nadie sabía que tenías?
 
                Todos necesitamos tener un espacio que nos pertenezca únicamente a nosotros, como nuestro número de pasaporte o de identificación personal.  Es nuestro y solamente nuestro, como lo es nuestro ADN.  

                Aunque la vida sea tan maravillosa como es, (y por más bellas que sean nuestras relaciones con otros: padres, hermanos, hijos, abuelos, tíos, amigos, conciudadanos, …) cada uno de nosotros necesita un espacio que le pertenezca única y exclusivamente a él mismo:  un lugar secreto. Y como todo espacio personal, es algo único que a cada uno le toca definir y cuidar.

                Hay cosas que nadie debe saber.  Hay cosas que nadie debe tocar.  Y hay un Dios de amor que quiere lo mejor de nosotros sólo para El mismo.  Ese lugar secreto es nuestro espacio para compartir con El esas cosas que sólo El puede oir, ver y comprender.
                La vida no se compone solamente de conocimiento y cosas materiales, sino también de sentimientos, temores, anhelos, sueños, ilusiones, conflictos, … y este lugar secreto es el lugar ideal para vernos con ellos cara a cara.  

                Ninguno de nosotros sale de su dormitorio sin prenda alguna sobre el cuerpo.  Ninguno sale de la casa sin haberse bañado, lavado, peinado y arreglado.  Y no tener ese lugar secreto es como exponernos a pasar vergüenza por encontrarnos repentinamente en circunstancias en las que todas esas cosas que deben ser guardadas y tratadas en el lugar secreto se encuentran fuera del dormitorio y fuera de la casa.
                Al faltarnos nuestro lugar secreto podemos vernos desesperados, enojados, resentidos, porque  una fuerza violenta nos ha empujado a colocarnos en un lugar en el que no queríamos encontrarnos.  

                Nuestro lugar secreto debe ser un lugar repleto de amor, paz, misericordia, comprensión, inteligencia y sabiduría, en el que encontramos respuestas, aceptación, tiempo, paciencia, ánimo, consuelo, sanidad para nuestras heridas, … el único lugar en el que absolutamente todo es perfecto porque hay provisión, comprensión y aceptación  (perdón) total para la parte más sensible, delicada y profunda de nuestro ser.

                “Entre toda cosa guardada guarda tu corazón porque de él mana la vida.”  Prvbs.
                En este lugar especial es en donde aprendemos a conocernos tal cual somos, … a valorarnos, a amarnos.  Y de allí debemos sacar fuerzas para mantener la vida maravillosa que nos es concedida, en comunión con los que nos rodean.  Debemos ocuparnos del aprendizaje y equiparnos para toda buena obra, según nuestro temperamento y habilidades.  En este lugar secreto vamos a descubrir lo que hay dentro de nosotros para poder poner todo a funcionar en una forma correcta y positiva.
                Honrando este lugar vamos a poder vivir en justicia, en paz; una vida de crecimiento y felicidad, una vida de victoria y amor.

                Cada ser humano tiene la capacidad absoluta de conocerse y comprenderse a sí mismo.  Y podemos llegar a conocer y comprender a los demás en forma muy amplia y profunda, pero jamás vamos a poder llegar a comprender a nadie como a nosotros mismos, porque no tenemos la capacidad de llegar a su interior.  Debemos entender y respetar esto, … y cuando no haya explicación lógica ni respuestas para el comportamiento de una persona, debemos recurrir al amor, a la misericordia, al perdón y a la paciencia, y esperar, para aplicar la sabiduría, la inteligencia y la justicia, … y siempre tener presente que todo ser humano necesita su lugar secreto para estar en paz consigo mismo y poder convivir en amor con el mundo que le rodea.

                El comprendernos a nosotros mismos no es algo natural y automático.  El haber estado rodeado(a) de personas exigentes, incomprensivas, amargadas, equivocadas, ignorantes o malas puede hacer de esto una hazaña.  Puede haber dolor, desesperación, duda, miedo, dificultad, … pero es bueno y necesario.  El haber estado encerrados puede habernos hecho creer que no existía el Sol ni nada de todo lo que crece debajo de él, pero al verlo sabemos que se nos mintió y entramos a una dimensión a la cual debemos ajustarnos y adaptarnos.  Esto es lo que sucede cuando salimos del error, del engaño y del sufrimiento, para pasar a la luz de la verdad y el amor.

                Animémonos unos a otros a buscar este lugar.  A la comunión con nuestro Creador, y a disfrutar conocernos y aprender a afrontar y vencer las adversidades y los retos que la vida nos presenta.
                Somos seres individuales únicos. No debemos temer nuestra individualidad ni avergonzarnos de ser lo que somos.  No debemos pelear, ser groseros o imponernos, sino aprender a fluir como el río en su cauce y ser agua de bendición y no de destrucción. Cuando se está en ambientes hostiles de incomprensión y autoritarismo lo primero puede ser necesario, pero en términos normales lo que necesitamos es buscar el equilibrio personal y la felicidad con los que nos rodean.

                Cuando entramos en contacto con la esencia de nuestro ser nos llenamos de bienestar, paz y felicidad.  Y esto es lo que nos ayuda a vencer todo lo que se opone a esta vida de bien:  todo aquello que es negro y tenebroso dentro de nosotros.  En lugar de declararle una guerra a la tristeza, al resentimiento o a la amargura, simplemente les ponemos los pies encima, al aferrarnos a la alegría de amar y ser amados, y caminamos sobre ellos como quien pisa una cucaracha.
                Este lugar secreto se convertirá en nuestro salón de belleza, en nuestra fuente de paz, en nuestra sala de emergencias, en nuestro lugar de recuperación.  Es el lugar en donde encontramos todo para estar bien:  llenos de consuelo, sabiduría, salud, fuerza, ánimo, alegría, propósito, descanso.  El único lugar en donde vamos a vernos al desnudo con la verdad.  Para poder salir a vivir la vida como convenga:  con traje para escalar la montaña o el volcán, con los zapatos adecuados para cada deporte, con el equipo completo para ir hasta el fondo del mar, con el smoking o el vestido largo para la fiesta, … con el atavío adecuado para cada circunstancia y para cada persona con la que nos topemos.

                Como personas sensatas que anhelan la perfección, la felicidad y la plenitud, ninguno de nosotros va a querer prescindir de este lugar ni de la comunión con Aquél que ama nuestra alma y nos conoce y nos comprende.  El va a caminar con nosotros todo el camino.  El enjugará nuestras lágrimas, nos abrazará, nos dará calor y refrigerio, aliento y descanso, … El nos llevará de gloria en gloria y de poder en poder.  Con El siempre estaremos en victoria.

                Para que nuestro cuerpo esté bien necesitamos de cosas básicas e imprescindibles, como la comida saludable (proteína, carbohidrato, vitaminas, minerales y grasa), el agua, el abrigo, el techo, la higiene y el descanso.  De la misma manera, hay un desgaste diario para nuestra alma y necesitamos recuperarnos de él.  Necesitamos ir a nuestro lugar secreto.  Allí debemos hacer nuestro balance de justicia y paz.  Allí debemos afrontar con valentía la verdad acerca de lo acontecido durante el día y darle a nuestra alma lo que necesita para estar bien.

                Así como físicamente necesitamos beber y comer, trabajar y dormir, emocionalmente tenemos necesidades:  necesitamos ser escuchados, necesitamos afecto, enseñanza, comprensión, perdón, paciencia, amistad, fidelidad, honestidad, …  necesitamos dar, perdonar, ayudar, servir, estar a solas, descansar,  … si descuidamos el bienestar de nuestra alma vamos a padecer como padece nuestro cuerpo cuando se excede o se descuida.  Habrá tristeza, desesperación, impaciencia, irritabilidad, egoísmo, orgullo, irresponsabilidad, infidelidad, hasta correr el riesgo de caer en pecados capitales o destruir nuestra vida totalmente de una u otra forma.

               Todo mal puede ser identificado y frenado en sus inicios.  Todo mal no atacado representa una grave amenaza.  Todo mal no confrontado inmediatamente puede convertirse en algo irremediable.  Debemos entender la importancia vital de amarnos a nosotros mismos y tener cuidado de todas y cada una de nuestras necesidades.  Debemos cuidarnos de no ser usados por otros y de no dar más de lo que tenemos la capacidad de dar.  Debemos reconocer nuestro potencial, y también nuestros límites, y caminar en esta línea con seriedad (responsabilidad) y fidelidad. 
 
                En la medida en la que logremos esto seremos capaces de transmitírselo a nuestros hijos y hacer su vida más placentera y gratificante.  Y podremos disfrutar de nuestra propia madurez.

                Mientras existamos siempre habrá más.  No importando nuestra edad nunca dejamos de comer ni de dormir hasta que morimos.  Nunca dejaremos tampoco de aprender ni de enriquecer nuestras vidas con la experiencia de convivir con la naturaleza, el entorno y la gente que nos rodea.

                Tomemos la decisión de ver la vida desde nuestro lugar secreto, y de disfrutarla de un nuevo modo, con la percepción individual que nuestro Creador nos da en ese lugar donde sólo somos El, yo y la verdad.

                Y no importando que a veces no sea posible estar en “ese” lugar específico, el lugar secreto es tu corazón, así que no importando si estás en la comodidad de tu hogar, en el sur de América, en un barco en el Océano o en una isla en Africa, … dondequiera que estés, el lugar secreto estará contigo.  Pero el único que tiene la llave para entrar eres tú.


"La acción más pequeña es mejor que la mayor de todas las intenciones."
                                                                                                                            Seasons of the Heart


Recomendaciones:

Películas:  
"Karate Kid I., II., III" (Ralph Maccio);  
"Karate Kid IV" (Hillary Swank);  
"7 años en el Tibet" (Brad Pitt);  
"Lara Croft:  Tomb Raider I" (Angelina Jolie)

Canciones:
"Sailing"  Christopher Cross
"Through His eyes of love"  Steve Archer 
"Strange things"  Toy Story
"You come to my senses"  Chicago
"The river of dreams"  Billy Joel
"She is a maniac"  Flashdance
"I love to be with you" Marty Nystrom 
"¿Qué será mejor o qué será peor?" C. Sesto